jueves, 8 de marzo de 2012

El estado de la economía japonesa un año después de la crisis nuclear



El Producto Interior Bruto japonés (PIB) ha bajado un 0’7% en el cuarto trimestre de 2011 comparado con el mismo periodo del año anterior. Los datos mejoran las previsiones hechas en febrero. La moderación de la caída se debe a al crecimiento interanual de la inversión de capital. Pese al crecimiento de la demanda interna, la economía japonesa se ha visto afectada por la caída de las exportaciones, la crisis de la deuda y las inundaciones de Tailandia de 2011, según explica la agencia de noticias EFE.

Japón registró en enero su primer déficit por cuenta corriente en tres años de 437.300 millones de yenes (4.091 millones de euros), debido principalmente a la ralentización de las exportaciones, informó hoy el Gobierno. Es este el mayor déficit en la balanza de pagos que contabiliza Japón desde 2009, cuando sufrió un retroceso de 132.700 millones de yenes (1.243 millones de euros) por el recorte de sus exportaciones ante la crisis global desatada por la bancarrota de Lehman Brothers.

Contando Dinheiro
Yenes, moneda japonesa. Foto de Jeff Belmonte (via Flikr)

Según cuenta el diario Finanzas, las enormes pérdidas del terremoto del pasado 11 de marzo (alrededor de 71.500 millones de euros) provocaron la intervención del Banco de Japón. Éste realizó dos inyecciones de liquidez y puso en venta una serie de bonos con lo que espera recaudar alrededor de 107.000 millones de euros. Esto tenía como fin depreciar su divisa y reactivar así sus exportaciones. Con estas medidas, Japón entra en la guerra de divisas abierta que busca con la flexibilización monetaria recuperar su antiguo crecimiento a través de las exportaciones.

En cuanto a la deuda Japón sobrepasa los 200% de su PIB (exactamente 233% del PIB). Buena parte de esta deuda está en manos de sus ciudadanos y respaldada por la buena posición de sus activos, por un férreo sistema financiero y una economía con una divisa de reserva internacional. Según concluyen desde el grupo de asesoramiento financiero Aspain11, en caso de no poder hacer frente a los pagos pueden apoyarse en políticas monetarias expansivas.

Shogo Maeda, responsable de renta variable japonesa de Schroders destaca que "un año después, Japón ha llevado a cabo una reconstrucción sin precedentes y está trabajando para devolver al país a la normalidad".

Covadonga Fernández, analista de SelfBank, espera una recuperación de la economía como consecuencia de los trabajos de reconstrucción que requerirán fuertes inversiones. Según el Gobierno nipón será necesarias inversiones superiores a 220.000 millones de euros durante una década, de las cuales un 83% se realizarán en los primeros cinco años.




Fuentes usadas para el texto:

- Diario online Financias
- Diario online El Informador
- Diario online El Economista.

Foto libre de derechos de Jeff Belmonte tomada desde Flickr.

domingo, 4 de marzo de 2012

Un año después de Fukushima


Un año después en Miyagi. (Reuters)

El día 11 de marzo del año pasado un terremoto de magnitud 9.0 en la escala de Richter asoló la costa nororiental de Japón. La catástrofe dejó 15.854 muertos. Tras el terremoto se produjo un maremoto que provocó olas que superaron los 13 metros de altura y alcanzaron un total de 40 metros en algunos puntos.  Se rompieron 45 diques y fueron dañados 78 puentes y 3.918 carreteras. Aún hoy siguen desplazadas de sus hogares 343.000 personas. El Gobierno estima en 16,9 billones de yenes (156.500 millones de euros) los daños en edificios, infraestructuras, vehículos, fábricas e instalaciones agrícolas y pesqueras, entre otros. Poblaciones como Rikuzentaka, Minamisanriku, Kesennuma, Onagawa quedaron destruidas y en otras tantas desaparecieron barrios enteros.El maremoto no sólo provocó corrimientos de tierra e incendios sino uno de los mayores desastres nucleares que ha sufrido el mundo desde el accidente de Chernobil en 1986, según califica el diario El País.

El sistema de refrigeración de la central se quedó inutilizado y  los reactores estaban en peligro. Al día siguiente del maremoto, hubo una explosión en el reactor 1 de la central nuclear, con lo que se desató el pánico. El Gobierno, con el primer ministro a la cabeza Naoto Kan, decretó el estado de emergencia y la alarma nuclear, creó un gabinete de crisis y desplegó a unos 100.000 soldados. Ordenaron entonces el desalojo de toda la población en un radio de 20 kilómetros alrededor de la central, por lo que casi medio millón de personas tuvieron que ser realojadas en refugios.

Un año después en la cosa de Miyagi (Reuters)
El día 15 de marzo, cuatro después del maremoto, se registraron nuevas explosiones en los reactores 2 y 4 de la central nuclear de Fukushima. Los técnicos de la empresa encargada de la central, Tepco, intentaron enfriar los reactores lanzando agua del mar desde el aire, pues la corriente eléctrica no estaba aún restablecida en la zona. Cuando se hubo restablecido, las autoridades anunciaron que los niveles de radiación de la leche y las verduras eran elevados, por lo que desaconsejaban su consumo, según informó la agencia Kyodo. La Agencia de Seguridad Nuclear en Japón confirmó los niveles de radiación del reactor 2 y aseguró que no había riesgos para la vida humana, más allá de la zona desalojada. A día de hoy, según informa el diario japonés Asahi, no ha habido ninguna muerte relacionada con la contaminación nuclear.

La alarma llegó a Tokio cuando los niveles de radiación encontrados en el agua de esa ciudad superaron los límites normales para niños menores de un año. El portavoz del gobierno desaconsejó dar de beber agua del grifo a los menores, e intentó llamar a la calma. Tal y como informó el periódico norteamericano TheWashington Post el pasado 28 de febrero, el gobierno minimizó por aquel entonces los daños en la central nuclear y preparó secretamente un plan de evacuación de Tokio.

Un año después en Minamisanriku (Reuters)
La fuga de material radiactivo proveniente de una grieta en el reactor 2 que llevaba días contaminando las aguas del Pacífico consiguió ser taponada en abril. El agua contaminada vertida al mar superaba 7 millones de veces los límites permitidos por la ley. Esto provocó tensiones diplomáticas con países vecinos como Corea del Sur que vieron en peligro su actividad pesquera, según informó la cadena de noticias NHK.

 El 7 de abril un nuevo terremoto sacudió la zona devastada por el maremoto. La compañía Tepco se vio obligada a evacuar a sus empleados en un primer momento. Más tarde anunciaron en rueda de prensa que no el terremoto no había provocado nuevos daños. Ryoichi Hattori miembro de la oposición del Partido Socialdemócrata acusó al gobierno de la situación de catástrofe en la que se encontraba el país tras una visita a la zona afectada en una entrevista realizada por José Reinoso para el diario El País.

En Minamisanriku  (Reuters)
En el mes de septiembre del primer ministro Naoto Kan, que gestionó la crisis nuclear de Fukushima, dimitió de su cargo, cediendo el liderazgo al ministro de Finanzas Yoshiniko Noda, debido a las críticas que se vertían sobre él. La situación económica del país se había complicado tras la crisis, la deuda del país aumentó, convirtiéndose en la mayor deuda del mundo, un 210% del PIB, y el yen, la moneda nacional, se debilitó hasta forzar la intervención del banco central.

Tras esto los niveles de radiación siguieron aumentando y contaminando alimentos. Se prohibió el consumo de arroz de la zona y se retiraron lotes de leche infantil. Hasta diciembre de 2011, la empresa propietaria de la central no anunció que la situación de la central estaba restablecida y fuera de peligro. Según anunciaron a través del gobierno  japonés, se había alcanzado el estado de parada fría. La parada en frío significa que el sistema de refrigeración de los reactores está a presión atmosférica y el núcleo se encuentra a una temperatura inferior a 100 grados centígrados, lo que imposibilita que se produzca un recalentamiento y una reacción en cadena. Con esto se marcó el fin de la segunda fase en el largo proceso hasta el cierre de a central. Japón estimó que tardarían entre 30 y 40 años en desmantelar totalmente Fukushima.

La catástrofe nuclear en Japón tuvo sus consecuencias en las políticas energéticas de la comunidad internacional. Alemania decidió no prologar la vida de sus centrales y adelantó el apagón atómico. En Italia, por mayoría en el parlamentó se decidió no construir más centrales nucleares. Bélgica y Suiza llegaron a conclusiones similares. Incluso Chile y Texas (EEUU) abandonaron sus planes nucleares. Sin embargo, ahora, casi un año después del desastre nuclear, países como Estados Unidos, Francia y Reino Unido reafirman su apuesta por esta energía y prolongan la vida útil de sus principales centrales. Otros como La República Checa, Findanlia, Lituania, Polonia y Suecia también han anunciado recientemente sus planes nucleares.

En Rikuzentakata (Reuters)
Según informa la agencia de noticias EFE, el movimiento antinuclear japonés ha aumentado en el último año. La población mira ahora con recelo a la radiactividad de los alimentos y el agua, la desconfianza ha aumentado. Ya sea a través de manifestaciones periódicas, que en Tokio suelen congregar a miles de personas y que cuentan con el apoyo de intelectuales como Kenzaburo Oé, o de sentadas ante ministerios, los grupos contrarios a la fisión nuclear han ganado visibilidad en el último año.

Por esta razón, el gobierno japonés ha anunciado que en abril de este año entrarán en vigor nuevos controles y límites más estrictos. Esto era uno de los principales reclamos de los agricultores y empresas locales. El nivel máximo de cesio en productos como la carne, las verduras o el pescado se establecerá en 100 bequereles por kilo (cinco veces menos que el límite actual), en 50 bequereles para la leche y los alimentos infantiles (cuatro veces menos), y en 10 bequereles para el agua (20 veces menos).

En los últimos días, según informa la agencia de noticias Reuters, el gobierno japonés ha obtenido el 2/3 de la participación en la empresa propietaria de la central, Tepco, con el objetivo de controlar así las decisiones de la entidad y asegurar el pago de las millonarias indemnizaciones a los afectados por la catástrofe de Fukushima. Se da así un paso más en la normalización de la situación en la zona un año después de la catástrofe.


Fuentes usadas para el texto:

- Diario español El País
- Agencia de noticias Kyodo
- Agencia de noticias Reuters
- Agencia de noticias EFE
- Diario norteamericano The Washington Post

Fotos seleccionadas de un reportaje fotográfico de la agencia de noticias Reuters